Kentukis

Imagina un mundo donde unas pequeñas criaturas electrónicas —parecidas a peluches con cámaras y rueditas— se popularizan globalmente. Cada kentuki tiene dos partes: el dueño, que lo tiene físicamente en su casa, y el hablante, una persona desconocida en otra parte del mundo que controla el dispositivo desde su pantalla. Nadie sabe quién es quién, ni hay reglas claras: solo una conexión que puede ser afectuosa, inquietante o peligrosa.

A través de múltiples historias entrelazadas (una mujer en Lima, un niño en Antigua, una artista en Berlín, entre otros), Schweblin explora cómo estas relaciones anónimas trastocan la intimidad, la vigilancia, el control, la soledad y el deseo de compañía. Lo que empieza como un juguete aparentemente inocente revela un costado oscuro: los kentukis permiten entrar en la vida de otros sin límites.

Con un tono inquietante y una tensión constante, Kentukis es una fábula contemporánea sobre el voyeurismo, la hipervigilancia y la fragilidad de los vínculos en la era digital.